Los Inmortales de Ourense:
« Soy agricultor. Me diagnosticaron párkinson hace unos años. Me tiemblan las manos y dormía mal de la preocupación. Pero el hijo de unos vecinos, que es agente forestal, me enseño a hacer ejercicios de respiración y a relajarme dándome baños de bosque, como hacen los japoneses. Shinrin-Yoku lo llaman. Te mejora inclusio la tensión.
—Pepe Quintas, 84 años
"En el Baño de Bosque me senti libre y muy a gusto con los compañeros, me fui con una sensación tal de relajación, que nada más comer me quede dormido.
Me senti muy bien y conectado con la Naturaleza de un modo distinto"
—Agapito, 67 años
“ El Baño de Bosque está indicado para cualquier persona, ya que reduce los niveles de ansiedad y estrés para que así puedas reconectar contigo, con tu interior, y escucharte. Necesitamos escucharnos para saber que necesitamos y poder darnoslo y vivir nuestra vida en plenitud.
Anna realiza un acompañamiento calido y respetuoso, invitándote a sentir y percibir lo sencillo, lo que nos rodea y de donde venimos, nuestra naturaleza. Lo recomiendo totalmente”
— María Gomez, Psicóloga
“Experiencia totalmente recomendada para todo el mundo, pero en especial, para aquellas personas que en su día a día les cuesta frenar, respirar y tener un momento de calma en su vida.
La naturaleza te recarga las pilas y si te guían, alcanzas la serenidad.
La parte que más me gusto, fué volver a disfrutar como una niña del bosque, divertirme.”
— Ana Alves, Fisioterapeuta
Siempre fuí muy escéptica con los baños de bosque, por que siempre lo asocie a abrazar árboles y poco más. conocí a Anna en un momento complicado de mi vida y fue ella la que me animo a probar y luego que opinara. Llegue a Cabo Home con ganas, pero sin demasiado convencimiento.
Salí de allí nueva, la persona que llego no era la misma que se fué. La conexión, la paz interior, la relajación....Jamás sentí nada parecido.
Estoy deseando poder hacer un nuevo baño de bosque y llevar a mi hijo conmigo.
Gracias Anna
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— Nuria Guimeráns
Es una experiencia única... he aprendido a disfrutar de la naturaleza y de sus beneficios, a parte de volver a ser una niña, como cuando todo lo que veias que te llamaba la atención, lo observabas y lo tocabas.
También fue fantástico ver la reacción tan diferente de cada persona del grupo, te hacia darte cuenta de que cada uno de nosotros somos seres únicos.
Sin duda una experiencia para repetir tan pronto se pueda.
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— Aida Alcántara