E. O. Wilson en 1984 popularizó el concepto de “biofilia” que significa “ amor por el mundo vivo”. En palabras del biólogo: El contacto con la  naturaleza  es tan vital para nuestro bienestar como el ejercicio o hacer una dieta sana. Estamos programados genéticamente para sentir afinidad con el mundo natural y beneficiarnos del contacto con el medio natural.

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El doctor Shoma Morita, pionero de la Terapia Motivacional en la decada de 1940, empezaba sus tratamientos enviando a sus pacientes al bosque, donde los instaba a caminar, cortar leña y descansar entre los árboles. Los resultados que obtuvo superaban de forma espectacular los avances conseguidos en las consultas médicas con fármacos.

 

¿Es la naturaleza, entonces, nuestra mejor medicina?

 

​Tras años de estudio, aprendizaje y evolución personal, he llegado a la conclusión, de que la salud principalmente depende de dos factores: nosotros y la naturaleza. De nosotros, porque si no nos comprometemos con nuetro bienestar, no hay médico o terapeuta que pueda mejorar nuestra salud, y de la naturaleza, porque todo lo que necesitamos para cuidarnos, proviene de ella (alimentos, oxígeno, plantas medicinales, paz mental, etc...).

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La evolución de la humanidad y de la tecnología, nos ha alejado poco a poco del medio natural y nos ha sumido en una sociedad de consumo, en la que el estrés domina nuestras vidas, y donde el bien más preciado es tener tiempo.

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¡Hemos aumentado la esperanza de vida y sin embargo a disminuido nuestra calidad de vida!

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Cada día son más las enfermedades relacionadas con el estrés y cada vez aumentan más los problemas emocionales o psicológicos. Por otro lado, todo esto nos ha llevado a no tener tiempo ni para conectar con nosotros mismos, hemos perdido esa capacidad, nuestro tiempo libre lo usamos en ocuparnos, se perdio como dicen los italianos  "Il dolce far niente", hemos perdido el pararnos y disfrutar realmente de los detalles, de los sabores, de los olores, de la música, de la naturaleza....¡nos hemos desconectado de todo!.

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En una epoca de mi vida yo también vivía así,  hasta que una enfermedad me desperto de golpe y me hizo prestar atención, a partir de ahí, mi vida cambio por completo y yo no volvi a ser la misma. Entendí que la salud es lo primero y comence una nueva etapa en la que decidí ser consecuente conmigo misma y con mis conocimientos, de modo, que  aproveche toda mi experiencia personal y laboral, para aportar más recursos a mis pacientes, para prevenir y mejorar su salud.

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El aforismo que Hipócrates, padre de la Medicina, legó hace 2.400 años es: “Que tu alimento sea tu medicina y tu medicina sea tu alimento”.

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Desde mi propia experiecia, así es, la base de nuestra salud es nuestra alimentación y nuestro estado emocional, es decir, si estamos bien emocionalmente, nos vemos motivados a tener hábitos de vida saludables, hacemos ejercicio, comemos sano, descansamos mejor y hasta funcionamos mejor socialmente. Del mismo modo, esta demostrado que una buena alimentación que mantenga en buen equilibrio a nuestro organismo, contribuye a mejorar nuestro estado de ánimo y con ello mejora nuestra salud.

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Por  todo ello he centrado mi trabajo en el tándem "emociones-nutrición", sirviendome para ello de la Alimentación (hábitos saludables), Educación Emocional, Yoga, Meditación, Masaje y Baños de Bosque.

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¡Y aquí estoy, siguiendo mi ikigai, gracias a unas palabras que en su día me dijo mi abuelo, y gracias a mi enfermedad!

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